Los servicios en los domicilios, no se habla de ellos, pero sin embargo están ahí…

En la prensa son varias las noticias que últimamente inciden en los problemas que encaramos respecto de la sostenibilidad de las pensiones, la alta tasa de desempleo en nuestro país, o al colapso en la atención ciudadana de la seguridad social, donde lograr citas presenciales es harto complicado en estos momentos.
Parecen temas aislados y sin relación con el sector de los servicios en los hogares, un sector siempre considerado menor y de poco peso, que ha sido protagonista en raras ocasiones de noticias que afecten a los ciudadanos, pero ¿y al contrario? ¿Cómo afectan estas noticias de interés al sector, a sus empleados, y a los usuarios de estos cuidados y, en definitiva, a todos nosotros?
Todos estos servicios en domicilios que apoyan el día a día del cuidado de los miembros de la familia más vulnerables y aportan soluciones a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, están en un limbo entre el cuidado informal o no profesionalizado aportado por relaciones de vecindad, amistad o por los propios familiares, o bien, en su mayoría, servicios no declarados, sin contrato y por supuesto sin cotizar, debido a impedimentos que van desde una imposibilidad para muchas familias de encontrar a alguien que pueda ofrecerles un servicio de calidad de manera asequible sin por ello menoscabar el derecho de las empleadas y trabajadores del sector a un empleo digno, y por otro a las numerosas trabas administrativas, que pueden encontrar en su camino para una contratación dentro de la legalidad.
Estas noticias que mencionamos al principio son un reflejo de lo que “se cuece” en este sector.
Empleadas que, a pesar de haber conseguido a finales del año pasado el acceso a la prestación por desempleo, apenas unas pocas van a poder disfrutar por no estar dadas de alta, en muchas ocasiones igualmente debido a su situación irregular que hace imposible su contratación y alta en la seguridad social.
Cotizaciones que podrían estar aportando al sistema y que sin embargo se van por el sumidero y mientras, las pensiones no se sostienen por falta de cotizantes y muchos empleos no afloran desperdiciándose este potencial laboral, que se crearía de impulsarse el desarrollo de este sector, que ya desde los años 90 del siglo pasado se considera como unos de los grandes yacimientos de empleo y de impulso económico en nuestra sociedad…
Desde la Asociación Española de Servicios Personales y Domésticos no paramos de insistir en que es necesario que desde el Gobierno se aporten soluciones, para que la mayoría de personas y familias, independientemente de su capacidad económica, o de gestión puedan tener acceso a servicios de cuidados de calidad en sus domicilios.
Ya existen en algunas Comunidades Autónomas como es el caso de Andalucía, La Rioja o Madrid, desgravaciones en el IRPF de parte del coste de la contratación de estos servicios, para ciertos colectivos o situaciones, como es el caso de cuidado de menores, lo que la incentiva al tiempo que aporta soluciones en cuidados a un mayor número de familias.
Igualmente, facilitar la contratación y la burocracia que esto puede conllevar, es una medida que, tal como hemos visto en países de nuestro entorno, anima a esta contratación, por ello consideramos igualmente importante el apoyo, no solamente a la contratación directa de estos empleados por las familias, pero igualmente a través de entidades, con o sin ánimo de lucro, prestadoras o intermediadoras de estos servicios que actualmente son las que están ayudando a realizar todas las gestiones y ayudando a las familias a encontrar personas adecuadas para su situación, lo que no deja de ser un coste más que solo una parte de la población puede asumir económicamente.
La sostenibilidad del sistema lo necesita; acuérdense de este sector cuando lean esas noticias…

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