Influencia de las Políticas Familiares sobre el cuidado de niños en el Bienestar social

Las necesidades en los domicilios crecen en lo referente a la necesidad de Conciliar la vida Familiar, Personal y Laboral y al cuidado de niños y más concretamente en lo relativo a la primera infancia.

Dentro de las políticas familiares que podemos encontrar en este sentido, hallamos la coexistencia de distintos modelos que podrían  reagruparse en función del modo en que se orientan las políticas familiares, según estén más orientadas hacia que el cuidador ( que suele ser la mujer), entre o vuelva al mercado laboral, por lo que el objetivo de estas políticas es aumentar la oferta en materia de cuidado externo suministrado bien por los servicios sociales estatales o bien por el recurso a los servicios privados (“desfamiliarización”) , o bien que las políticas se focalicen en el cuidado parental, lo que se hace reduciendo sus responsabilidades laborales a través de bajas y permisos mare/parentales  (“refamiliarización”)  o una mezcla de ambas.

Igualmente, influye en qué medida nos encontramos ante políticas familiares flexibles, es decir, políticas que permiten alejarse del modelo tradicional del padre proveedor de la familia y la madre cuidadora.

Finalmente, en el caso de promover la oferta de servicios para la conciliación, es interesante observar si dicha oferta se centra en la provisión a través de la red de servicios sociales o bien, también se apoya a los proveedores privados a través de medidas que estimulen la demanda de dichos servicios.

Así, contemplando estas variables,  podemos reagrupar los países en función de las pautas elegidas de sus políticas familiares.

Encontramos entonces varios ejemplos que son de interés puesto que nos pueden aportar datos sobre ciertas interrogantes que se nos plantean a la hora de ver en qué medida los diferentes tipos de políticas familiares influyen en cuestiones que importan a nuestra sociedad, como es el índice de natalidad, la empleabilidad de las mujeres, el bienestar de todos los miembros de la familia y otros factores que interactúan entre si y van estableciendo un modelo de sociedad.

En el caso de España, que podemos considerar como país tradicional mediterráneo con una tendencia en sus políticas familiares hacia la refamiliarización, encontramos que es uno de los países de la UE27 que menos ayudan a la familia. España sigue aplicando una ayuda por hijo a cargo con una cuantía de 291 €/año para rentas inferiores a 11.519,16€, para 2014; muy alejada de la media que se le destina en Europa.

¿Esto se traduce en la baja natalidad de nuestro país?

España cuenta con una tasa de fecundidad muy inferior a otros países de su entorno que presentan unas cifras muy superiores a la media de la UE y según el artículo de Gérard-François Dumont, « La fécondité en Europe: quelle influence de la politique familiale?», (Population & Avenir, 2014/1 n° 716, p. 3-3. DOI : 10.3917/popav.716.0003), los seis países con una mayor tasa de fecundidad (Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Suecia, Bélgica y Francia), son aquellos que tienen igualmente unos presupuestos superiores en prestaciones familiares; interesante el caso de Reino Unido, que aún encontrándose en un presupuesto en prestaciones familiares inferior a la media, cuenta con un buen nivel de fecundidad más elevado, lo que se deba a un reparto de su presupuesto más eficiente.

A nivel estatal, podemos observar buenas iniciativas como la gratuidad en la enseñanza infantil no obligatoria de 3 a 6 años, lo que ayuda en este sentido.

Igualmente las inciciativas de diferentes Comunidades Autónomas se dirigen a facilitar la conciliación entre la vida laboral, personal y familiar y procurar medios para que las familias puedan tener acceso a servicios de cuidado infantil de calidad.

Encontramos así diferentes ayudas, como las deducciones por maternidad de madres trabajadores con niños menores de 3 años, en la Comunidad de Cataluña o como es el caso de Castilla y León por cuidado de hijos menores de 4 años el 30% de lo satisfecho a la persona empleada del hogar, con el límite de 322 euros, concurriendo determinados requisitos, o 100% de determinados gastos en Escuelas, Centros y Guarderías Infantiles de la Comunidad de Castilla y León, con el límite de 1.320 euros, concurriendo determinados requisitos. También en otras comunidades existen beneficios fiscales, como es el caso de  Canarias y Murcia en las que existen deducciones por cuidado de niños menores o Andalucía por ayuda doméstica del hogar familiar y Valencia por gastos de guardería

Igualmente encontramos diversos tipos de ayudas dirigidas a conciliar la vida laboral y familiar de las mujeres con hijos pequeños, como es el caso de la CA de Madrid, que otorga Cheques Guardería para el primer ciclo de educación infantil de 0 a 3 años, matriculados en centros privados, ayudas económicas en la CA de Castilla La Mancha; como en la CA de Extremadura y Galicia (Cheque infantil)

Además,  encontramos subvenciones para el apoyo a la natalidad en CCAA que han visto descender ésta como el caso de Cantabria  y otras iniciativas como el caso de la atención  a menores de tres años en domicilios particulares de cuidadores en Navarra.

No obstante, el cuidado de niños sigue siendo una necesidad de primer orden que debe ser satisfecha a través de un modelo de prestación servicios de asistencia y proximidad, sostenible a largo plazo y económicamente accesible para toda la población.

¿Y en lo relativo a la empleabilidad de las mujeres con hijos menores?

Según el reciente informe del INE, “Mujeres y Hombres en España 2014”, en el módulo dedicado al empleo del tiempo, conciliación trabajo y familia, respecto del cuidado de niños expone:

“A pesar de que en los últimos años se ha conseguido una participación más equilibrada de hombres y mujeres en el mercado laboral, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares y domésticas. Para conseguir los objetivos de los próximos años en materia de empleo es necesario reforzar la conciliación entre vida profesional, privada y familar de manera que permita desarrollar el potencial de mano de obra de mujeres y hombres. El impacto sobre la participación en el mercado de trabajo cuando existen hijos es muy diferente en hombres y mujeres, lo que es reflejo no sólo de un desigual reparto de responsabilidades familiares, sino también de la falta de servicios para el cuidado de niños o servicios muy caros y la falta de oportunidades para conciliar trabajo y familia.”

Desde la iniciativa privada también se encuentran herramientas que se pueden utilizar en este sentido e implicar a las empresas en la ayuda a sus empleados: los vales guardería.

Se trata de una ayuda destinada a trabajadores por cuenta ajena, con hijos entre 0 y 3 años de edad. Los principales beneficios para los empleados y las empresas derivados del uso de esta herramienta, incluyen ventajas fiscales para ambos.

Ahora, seguimos con atención la evolución de las medidas fiscales que se han puesto en marcha con la reciente reforma del IRPF y por las que se incrementa los mínimos familiares y establece la deducción de 1.200€ a familias numerosas y con hijos con discapacidad o ascendientes con discapacidad superior al 33% en ambos casos, lo que vemos como un buen comienzo con el que esperamos que ventajas de este tipo se hagan extensibles a todas familias en general.

Igualmente, actualmente el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, está trabajando en el Plan Integral de Protección a la Familia PIAF con el que se pretende mejorar las condiciones de las familias y en el pasado Debate sobre el estado de la nación, el Presidente del Gobierno ha anunciado que también habrá medidas para las familias monoparentales a partir de dos hijos.

En un reciente estudio de EDENRED Guardería&Familia 2014 hemos observado una serie de datos que nos dan una visión global de la situación.

Por un lado, se habla de que, en lo referente a la elección de una guardería, el precio estaría en tercera posición detrás de la alimentación y la proximidad del centro,   sin embargo, el estudio nos indica que, para un 60% de los encuestados, las ayudas en este sentido, les animarían a tener más hijos. Ayudas que no están muy extendidas actualmente.

Por otro lado, más del 72% de mujeres y 63% de los hombres dejarían de trabajar por cuidar de sus hijos y es grande la proporción de aquellos que deben dejar a sus hijos al cuidado de un familiar tras pasar un cierto número de horas en guardería.

Observamos entonces que los precios pueden llegar a ser altos y que después de las horas pasadas en guardería muchos deben acudir al cuidado informal de un familiar; según datos de una encuesta de IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), consta que casi los 3/4 de todas la abuelas mayores de 65 años cuidan a sus nietos o los han cuidado con anterioridad. Según los mismos datos, un 22% de abuelas de más de 65 años se encarga de la crianza de sus nietos, de las cuales un 44% lo hace diariamente, un 30% varias veces por semana y un 25% ocasionalmente.

Según la Encuesta sobre el Gasto de los Hogares en Educación (curso 2011/2012) del INE: El número de niños matriculados en el 1º ciclo de educación infantil, incluyendo las guarderías, se situó en 900.848 niños. El 31,6 % de ellos figuraba en el sistema público y el 68,4 % en el privado sin concierto (este nivel no se imparte en aulas privadas concertadas). En las aulas públicas las clases lectivas costaron 388 euros por alumno y curso y en las privadas sin concertar, 1.308 euros. El 57,0 % de los niños utilizó el servicio de comedor escolar. El gasto medio que supuso este servicio para cada usuario fue de 620 euros anuales en las aulas públicas y de 921 euros en las privadas.

No podemos ignorar que  aquellos que no puedan contar con esta ayuda extra o no pueden acceder a los servicios a las personas por el alto coste que supone para su economía lo hagan a través de la economía sumergida o el trabajo no declarado por el alto coste que tiene cumplir con la legislación actual (laboral, fiscal-IVA- y de cotizaciones sociales) para las personas particulares, sin podérselo deducir de sus impuestos como gastos necesarios para desarrollar su actividad profesional y su vida diaria con normalidad.

Esta situación conlleva, además del perjuicio para el Estado por el alto fraude existente, un alto riesgo en seguridad para las personas y baja calidad de los servicios que asumen los usuarios al no poder disponer de un sistema de control y vigilancia de los prestadores de dichos servicios.

En próximos post veremos las diferentes políticas familiares en lo referente al cuidado de niños en los países de nuestro entorno.

Info complementaria: How can we do better for our families? Issues, Outcomes, Policy Objectives and Recommendations OCDE

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